sábado, 3 de noviembre de 2012

Cómo preparar unas enchiladas


Las enchiladas son un plato típico de la comida mexicana. No son tan conocidas mundialmente como los nachos o los tacos, pero es uno de los platos más característicos de la gastronomía mexicana.
Son muy fáciles de preparar y generalmente en las tiendas de grandes superficies podemos encontrar todos los ingredientes (por ejemplo Alcampo o El corte inglés).



Ingredientes para 2 personas (6 enchiladas):
  • 6 tortillas,
  • 300 gramos de pechuga de pollo (más o menos media pechuga de pollo),
  • 1 bote pequeño de nata para cocinar,
  • 1 bote de mole poblano,
  • 1 cacito de queso fresco (del pack en el que viene 4 porciones),
  • Media cebolleta fresca.



Coste aproximado: 8€

Tiempo de preparación: dependerá de si se hace el pollo al mismo tiempo (30-40 minutos), o si se tiene el pollo ya preparado y sólo se preparan las enchiladas (10-15 minutos).

Nivel de picante: bajo-medio.

Dificultad de elaboración: bajo.

Cómo hacer las enchiladas:

El primer paso a realizar es poner la pechuga de pollo a hervir (en una cacerola con agua suficiente para cubrir el pollo y unos 2 o 3 dedos más de agua). Hay gente que pone junto con el pollo un poco de cebolla, un diente de ajo o un chorrito de aceite; yo no le he puesto nada, pero si prefieres ponérselo, no alterará el sabor de las enchiladas. Échale una pizca de sal.

Cuando el pollo esté bien hecho (pínchalo con un tenedor, la carne tiene que abrirse fácilmente) hay que apartarlo y dejar que se enfríe un poco para poder manipularlo. Si lo prefieres, puedes dejar hecho el pollo un día antes, para que sea más rápida la preparación. Con el pollo frío o templado, podrás ya empezar a deshebrar la carne (es decir, hacer la carne en tiras pequeñas, se podrá deshacer la carne fácilmente con los dedos). Si has hervido la carne el día anterior, una vez que la hayas deshebrado caliéntala en el microondas, para que no esté fría al servir las enchiladas.



Cuando tengamos ya el pollo preparado, hay que poner a calentar el mole. Los envases que venden generalmente están preparados para que sólo se vierta el contenido en un cazo y se caliente. De todas formas, lo mejor es seguir las instrucciones de preparación. Si vemos que el mole nos queda muy espeso, podemos añadirle un poquito de agua (aunque si es el caso, podemos guardar para ello un poco del agua con la que hemos hervido el pollo, para agregársela al mole). Yo suelo añadirle siempre unas 2 o 3 cucharadas pequeñas de azúcar para que no salga amargo y para bajarle un poco el picor del chile. Si aún así notáis que el mole es muy amargo o que pica mucho, podéis añadirle un poco más de azúcar. No os preocupéis si os pasáis un poco con el azúcar, el mole lleva chocolate y tiene un sabor entre dulce y picante.



Sacar las tortillas del paquete y calentarlas un poco.



Expandir un poco de pollo a lo largo de la tortilla.



No pongáis demasiado, ya que se os dificultará enrollar la tortilla (como si fuese un taco) para formar la enchilada.




Ir presionando al mismo tiempo que vais enrollando, para que la tortilla no se desenrolle. Hay que poner las 3 enchiladas en el plato.



Posteriormente hay que verter el mole encima de las tortillas enrolladas. La cantidad depende del gusto, pero por lo menos hay que asegurarse de que el mole cubre la mayor parte de las tortillas.



Generalmente las enchiladas se sirven añadiéndoles cebolla, queso y nata (o crema líquida). La cebolla puede ponerse en aros o picada. Yo me he decantado por la segunda opción.



Para añadir el queso fresco (se puede sustituir por queso rallado si se prefiere). Yo suelo añadir queso fresco, y lo deshago para que sea más fácil de manipular. Nos podemos ayudar con un tenedor.




Se pueden añadir directamente en las enchiladas o ponerlas aparte a la hora de servirlas para que cada quien se añada la cantidad que quiera.







Finalmente se les añade un chorrito de nata líquida por encima, y listo.


Que os aproveche, ya me diréis que tal os han quedado.

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